por: Ana María Guillot – Har Rai Kaur
Hay una palabra que utilizamos constantemente en Kundalini Yoga, se refiere a algo muy poderoso pero a la vez muy sutil. Es una palabra luminosa y un poco misteriosa, me refiero a la radiancia: Cuerpo radiante, presencia, poder personal, impacto, y muchos otros conceptos de nuestra práctica se relacionan con la radiancia. Pero, ¿cómo podemos comprender este concepto?
Hace poco estaba yo llenando un examen sobre Kundalini Yoga, y me encontré con esta pregunta: Defina radiancia. Mmmm… radiancia, radiancia. Sé lo que es, digamos que a nivel celular lo comprendo, pero, ¿cómo puedo hacerlo entender?
Lo voy a explicar con el silencio. Hay diferentes tipos de silencio. Silencios incómodos, silencios elocuentes (que hablan más que las palabras), silencios cotidianos (como cuando estamos sentados en un bus), etc., pero existe un tipo especial de silencio, yo lo llamo silencio reverente. Este silencio está cargado de presencia, está cargado de fuerza. Es un silencio que llena el espacio, en la presencia del cual no es necesaria ninguna palabra.
Creo que todos hemos vivido alguna vez este silencio, en presencia de un maestro, de una persona que nos inspira, o en presencia de una música que eleva nuestra alma. Este silencio es producto de la radiancia. La radiancia es un poder, una luz, que proviene de encontrarse conectado fuertemente con el alma. Cuando el alma habita plena y conscientemente a una persona, ésta se vuelve radiante, su presencia habla por sí misma, cambia y eleva su entorno, y es imposible de ignorar.
La radiancia no tiene nada que ver con el estatus social, con la apariencia física o con el poder material de una persona. Esta luz proviene directamente de la fuerza del Espíritu, y por lo tanto, cada persona sin importar su condición, puede desarrollar su radiancia.
Dentro de la tradición Sikh, el gurú que representó la totalidad y poder de la radiancia, fue Gurú Gobind Singh, el décimo gurú. Guerrero, poeta, y maestro espiritual, se dedicó a elevar e inspirar a sus discípulos para que se convirtieran en la versión más auténtica y poderosa de sí mismos, esto es, en términos yóguicos, los educó para fortalecer al máximo su cuerpo radiante, convirtiéndose en un ejército poderosísimo, de guerreros que permanecían en estado de Cherdi Kala, Espíritu elevado, defendiendo la soberanía del alma.
En estos días tal vez no todos seamos guerreros y poetas, pero todos libramos día a día un desafío con nuestro propio karma, con nuestras propias tendencias mentales, nuestros miedos, nuestras inseguridades. Los invito a dejar que su presencia hable, a conectarse con su propia infinitud y a que nos elevemos todos sobre la ilusión de estas incompletos.
Mantra para el cuerpo radiante: Ajai Alai
Ajai Alai – - – Invencible. Indestructible
Abhai Abai – - – Sin miedo. Inmutable
Abhoo Ajoo – - – Sin forma. Sin nacimiento
Anaas Akaas – - – Imperecedero. Etérico
Aganj Abhanj – - – Irrompible. Impenetrable
Alakkh Abhakkh – - – Invisible. Inafectado
Akaal Dy-aal – - – Eterno. Misericordioso
Alaykh Abhaykh – - – Indescriptible. Sin medida
Anam Akaam – - – Sin Nombre. Sin deseo
Agaah Adhaah – - – Insondable. Incorruptible
Anaa-thay Pramaa-thay – - – Sin maestro. Destructor
Ajonee Amonee – - – Más allá de nacimiento. Más allá del silencio
Na Raagay Na Rangay – - – Más allá de amor. Más allá del color
Na Roopay Na Raykhay – - – Más allá de la forma. Más allá de la figura
Akarmang Abharmang – - – Más allá del karma. Más allá de la duda
Aganjay Alaykhay – - – Inconquistable. Indescriptible
Escrito por: Ana María Guillot – Har Rai Kaur.
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