MI PAREJA TIENE FIBROMIALGIA



Publicado en PLANO CREATIVO


La respuesta ansiosa del organismo, que se manifiesta en parte como tensión muscular, aparece de manera puntual ante una situación concreta, pero también puede presentarse de manera constante con una intensidad suficiente como para cansar y dañar los tejidos musculares. Son casos en los que la persona está en alerta constante, existe miedo permanente  a que ocurra lo temido en cualquier momento pues está fuera de su control. La consecuencia en estos casos es la fibromialgia y la fatiga crónica que afecta sobre todo a mujeres en una franja de edad entre 30 y 50 años.
Frecuentemente la vivencia del cuadro de síntomas en la pareja trae consigo sentimientos de incomprensión (“podrías hacer más de lo que haces”), culpa (“por no poder atender las demandas de la familia”) e inapetencia sexual (“esta medicación me quita las ganas y encima mi cuerpo lleno de dolores no está para trotes”).
Sea o no la pareja la causa de la ansiedad que sustenta la fibromialgia, de ella, la parte afectada necesita escucha, amor y seguridad.
Las fibras musculares fatigadas se fueron regenerando con reposo merecido, en una atmósfera tranquila y a base de caricias amorosas.
Plano Creativo
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Joman Romero, autor del libro “Conocernos. ¿Qué nos quiere decir el cuerpo con la enfermedad?”, escribe:
Del Latín Fibra, simbólicamente significa “vínculos familiares”. Mio – del Griego- músculo y algia-dolor.
La fibromialgia está considerada un diagnostico controvertido y algunos autores afirman que no debe considerarse como una enfermedad debido entre otras razones, a la falta de anormalidades en el examen físico, en los exámenes de laboratorio objetivos o estudios de imágenes médicas para confirmar el diagnostico.
Se denomina fibromialgia a un grupo de síntomas y trastornos musculoesqueléticos poco entendidos, que se caracteriza fundamentalmente por fatiga extrema, dolor persistente, rigidez de intensidad variable de los músculos, tendones y un amplio rango de otros síntomas psicológicos, como dificultades para dormir, rigidez matutina, dolores de cabeza y problemas con el pensamiento y la memoria, algunas veces llamado “lagunas mentales” que suelen impedir el funcionamiento rutinario de las personas. Es un trastorno “no contagioso” presente en aproximadamente entre el 3 y el 6 por ciento de las mujeres jóvenes, comúnmente entre los 20 y los 50 años de edad.
Una cosa a destacar, debido a que es un síntoma poco entendido, los enfermos de fibromialgia sienten que los demás no les creen porque el dolor no se ve. Es un sufrimiento interior, es la enfermedad de las fibras familiares.
Los afectados son personas excesivamente serviciales y necesitan el dinamismo de la familia, a la que por otra parte suele culpar de su falta de actitud.
La fibromialgia se produce cuando tenemos bloqueos para convertir los impulsos interiores en actividades exteriores: “Conflicto de Desvalorización”, con lo que hago o dejo de hacer”. “Si me muevo a un lado, no estoy bien; si me muevo hacia el otro, tampoco estoy bien, por lo tanto, no me muevo”.
Asimismo en la fibromialgia existe un conflicto denominado “Contacto Impuesto”: tener que asumir, hacer o estar con una persona o situación determinada.
Se puede considerar que el conflicto principal que se esconde en las personas que padecen fibromialgia es lo que se denomina un “Conflicto de Dirección”: Pánico a equivocarse de dirección. Conflicto por haber elegido la mala dirección, por estar sobre una pista mala, sea real, imaginaria o simbólica. Desvalorización por no encontrar el buen camino. La dirección que estoy tomando en mi vida no me satisface. “¿Qué estoy haciendo aquí?” “Estoy perdido, fuera del rebaño entonces…cuando alguien se pierde lo mejor es quedarse quieto”. Afecta a la corteza suprarrenal, que deja de producir el cortisol.
Otro conflicto importante que puede existir detrás de una fibromialgia es el “miedo a la muerte”, pero no a la muerte física, sino a la muerte de su propia “identidad” (sentirse con falta de pertenecer a la familia, real o a la que ella se imagina, o sentir que la familia no hace lo que ella quiere).
Del mismo modo puede existir un conflicto denominado La Doble Obligación: “Voy hacia la persona que quiero pero al mismo tiempo es mi verdugo”.
Aunque en muchas ocasiones, consideramos a los demás responsables de nuestros bloqueos, estos no hacen más que reflejar nuestro miedo a resolver un asunto, miedo a actuar, a avanzar, a afirmar nuestro propio punto de vista, en definitiva, miedo a hacer lo que uno cree que debe hacer.